Para el año 1924, residían en la Isla varias familias procedentes de los Estados Unidos cuyas hijas habían sido Niñas Escuchas allá. Lamentablemente éste programa aún no estaba organizado en Puerto Rico, por lo tanto, se dieron a la tarea de establecer la Tropa # 1 de San Juan en la Union Church de Miramar. Esta tropa era de niñas estadounidenses, pero se unieron tres puertorriqueñas: Generosa Fernández, Orealis González, y Josefina Navedo. Le siguió el Colegio Puertorriqueño de Niñas como el segundo auspiciador.
Hasta el 1929 las oficinas del Concilio eran en la calle Fortaleza (antes Allen) #104 en San Juan. El uso de este local era una cortesía de la Plaza Provision Company.
En el 1935 el Concilio de Niñas Escuchas otorgó al Sr. Frederick C. Colmes, presidente del Club Rotario y Plaza Provision, un reconocimiento por su espléndida cooperación al movimiento en proyectos de índole financiero y de servicio a la comunidad que él auspiciaba. De igual forma el Club Cívico de Damas, presidido por la Sra. Consuelo Porrata de Kelly, brindaron una extraordinaria cooperación en esos primeros años.
En el 1937, la Legislatura Insular vendió a las Girl Scouts un solar en la calle Cerra en Santurce por $1.00. El entonces Programa de Reconstrucción de Emergencia (PRERA) construyó el edificio, bajo la dirección del Sr. Miles Fairbanks, el cual pasó a ser conocido como "La Casita". Según los datos históricos, en la esquina noroeste del edificio se enterró una caja que contiene copia de los documentos oficiales referentes al proyecto. En 1955 se construyó un segundo piso al edificio.
En sus comienzos, el Concilio Caribe se conocía como el Concilio Insular de Niñas Escuchas, luego como Concilio Insular de Niñas Escuchas de Puerto Rico e Islas Vírgenes, y finalmente como Concilio Caribe, adscrito a la Región II de la Organización Nacional.
Reforzando los esfuerzos de Elisa y otros miembros del Concilio, el Departamento de Educación de Puerto Rico proveyó asistencia en la organización de tropas a través de su Departamento de Educación Física, como reconocimiento de las enseñanzas del escutismo en el desarrollo integral de las niñas. También la Corporación de Renovación Urbana y Vivienda (CRUV) proveyó asistencia en organizar tropas en los residenciales públicos. Las instituciones religiosas exhortaban a sus ministros a organizar tropas en sus iglesias y además, se contaba con el gran apoyo de muchas instituciones cívicas.
Se celebraban concentraciones anuales en San Juan, y “rallies” insulares con concursos de canciones y uniformes, coronaciones de Reinas de Girl Scouts en el Casino de PR y en el Hotel Condado. Venían de toda la Isla; en tren, en guagua, en automóviles… muchas pernoctaban en el gimnasio de la UPR o en el Pensionado Católico en Rio Piedras. ¡Cuanta alegría, emociones, hermandad! El escutismo se convirtió en parte integral de la comunidad; una fuerza dinámica haciendo una contribución valiosa a la juventud, convirtiéndose así en un símbolo de servicio a la sociedad y de amistad y esperanza.
Durante las décadas del 1940 al 1960, Puerto Rico se convirtió prácticamente en un centro de adiestramiento en escutismo para los países del Hemisferio Occidental. Líderes de Centro y Sur América como Livia Correa de Colombia y Elsa Iglesias de Costa Rica, convivieron con familias puertorriqueñas en lo que se adiestraban. De igual forma varias líderes puertorriqueñas viajaron a países de Sur América para adiestrar allí a otras líderes.
En abril de 1951 se celebró en Puerto Rico la reunión del Comité del Hemisferio Occidental. Asistieron delegaciones de 23 países del Hemisferio y de Londres, quien fue representado por Lady Baden Powell (la Gran Jefe Guía Mundial y viuda del fundador del escutismo).
“Con gran alegría informamos a nuestras tropas que el alfiler COQUI de Camp Elisa ha sido aceptado por nuestros cuarteles nacionales para usarlo en el uniforme. Las adultas y seniors al lado derecho del uniforme, al nivel alfiler de Scout. Las juniors y las cadettes en el sash debajo de las estrellas de años como miembros”. (Boletín informativo del Concilio de las Niñas Escuchas de Puerto Rico e Islas Vírgenes, Mayo de 1964.)
El Coquí El coquí, el coquí a mi me encanta |
Elisa y el Concilio Caribe contaron siempre con el Comité de Caballeros, quien le brindó asesoramiento y ayuda profesional para resolver situaciones donde las damas de la Junta necesitaran ayuda. Se reunían una vez al mes para evaluar y recomendar, coordinar la campaña de anual de recaudación de fondos y además brindar asesoramiento técnico a cerca del mantenimiento de los edificios y campamentos. Este comité fue el contacto con otros profesionales, departamentos, y agencias del gobierno estatal y/o federal y la Legislatura.
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